«Trump sabía de las chicas» y «Virginia Giuffre pasó horas en mi casa con él».
Firmado: Jeffrey Epstein.
Tras la destitución del príncipe Andrés, despojado de todos sus títulos en el Reino Unido, el caso del financista pedófilo se complica peligrosamente para el el presidente de Estados Unidos, con la publicación de algunos de sus correos electrónicos por parte de los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que investiga el caso.
Los mensajes, intercambiados con su novia y cómplice Ghislaine Maxwell y el periodista y escritor Michael Wolff, contradicen no solo la versión del magnate, sino también la de la propia Maxwell, quien pretende solicitar al presidente su liberación y la conmutación de su condena de 20 años tras negar su participación en actividades ilegales.
Los demócratas pasan a la ofensiva, aprovechando las declaraciones comprometedoras del financista: «Estos últimos correos electrónicos y correspondencia suscitan preguntas inquietantes sobre lo que la Casa Blanca sigue ocultando y la naturaleza de la relación de Epstein con el presidente», insistió el representante Robert Garcia, principal voz del partido en el Comité de Supervisión.
La Casa Blanca reaccionó de inmediato, acusando a sus oponentes de difamar las acusaciones: «Los demócratas filtraron selectivamente correos electrónicos a los medios liberales para crear una narrativa falsa y difamar al presidente Trump», respondió la portavoz Karoline Leavitt, reiterando la afirmación del magnate de que expulsó a «Epstein de su club Mar-a-Lago hace décadas por comportarse de manera inapropiada con sus empleadas, incluida Giuffre», quien, sin embargo, «nunca lo acusó de nada».
La reacción del presidente llegó pocas horas después en Truth: «Los demócratas intentan revivir el engaño de Jeffrey Epstein porque harán lo que sea para desviar la atención de su pésima gestión del ‘shutdown’ y de tantos otros asuntos.
Solo un republicano muy malo, o estúpido, caería en esa trampa», escribió el magnate.
Esta es también la postura oficial de los republicanos, quienes, tras meses de retraso, han publicado otras 23.000 páginas de documentos del patrimonio de Epstein.
Esta medida pretende responder al contraataque demócrata, pero también a la base MAGA, enfurecida por la negativa a publicar todos los archivos de Epstein después de que la fiscal general Pam Bondi diera marcha atrás. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, incluso retrasó casi dos meses la toma de posesión de la recién elegida representante demócrata Adelita Grijalva, ya que su voto decisivo podría forzar una votación sobre un proyecto de ley que exige la publicación íntegra de los documentos de la administración Trump relacionados con Epstein.
Una propuesta a la que la Casa Blanca sigue oponiéndose firmemente. Trump creyó haber salido impune del caso Epstein tras calificarlo de «farsa demócrata» y explicar que había roto lazos con su amigo Epstein en 2004, cuando lo expulsó de Mar-a-Lago porque, según él, «me robaba a mis masajistas, incluida Virginia Giuffre». Sin embargo, nunca admitió tener conocimiento de abusos sexuales, incluidos los de menores.
Posteriormente, su carta obscena salió a la luz en el álbum de fotos de su 50 cumpleaños. Y ahora, al menos tres correos electrónicos comprometedores han sido revelados por el New York Times y CNN, tras el controvertido acuerdo de culpabilidad que Epstein alcanzó en 2008 con jueces de Florida por complicidad en la prostitución infantil.
En un correo electrónico de 2011, Epstein le escribió a Maxwell que «el perro que no ladró es Trump…» y que «Virginia Giuffre pasó horas en mi casa con él, y la policía nunca lo mencionó». Maxwell respondió: «Yo también estaba pensando en eso…» Parece ser una sospecha de un posible encubrimiento del que el magnate pudo haberse beneficiado (en el pasado, habían circulado rumores de que había colaborado confidencialmente con el FBI).
Tomado de Cuba Sí
