Milei-FMI: Amores fáciles

Tras cogerse el trasero con la puerta al aplaudir un video de supuestos cubanos que derribaban una estatua de Chávez, cuando la muestra era de hace siete años en el estado venezolano de Zulia, el presidente Javier Milei no solo no se disculpó por su error, sino que cometió otro mayor al anunciar que endeudaría aún más a su país con el Fondo Monetario Internacional.

Por supuesto que los directivos del FMI acogieron calurosamente la idea, luego que ya le habían entregado al régimen 4 700 millones de dólares y congratularse de la disposición en ese sentido del libertario, luego que el anterior gobierno había congelado los pagos de la deuda contraída por el expresidente Mauricio Macri de 44 000 millones.

Ahora Milei, conociendo que el FMI tiene “debilidad” con la entrega de su país al mejor postor, busca 15 000 millones de dólares en créditos para financiar la salida del cepo, y dijo que a esa toma de deuda podrían sumarse créditos con otros organismos multilaterales, países e «inversores privados».

“Economía está negociando un nuevo acuerdo con el FMI. Si las condiciones son satisfactorias, podríamos avanzar. Lo que hicimos en nuestra gestión nos pone en una situación inmejorable, porque bajamos 11 puntos de déficit, de los cuáles cinco corresponden al Tesoro y seis al Banco Central», argumentó, aunque admitió que este marzo es un mes duro, y prometió que será mejor en abril.

Mientras tanto, miles de argentinos siguen exteriorizando en las calles su descontento con las medidas de Milei, que han profundizado la inflación y la crisis general, sin que se vea la luz al final del camino.

Hasta el momento, su mandato se ha caracterizado por fuertes ajustes en el Estado, despidos de cientos de trabajadores, la devaluación del tipo de cambio del 118%, intentos de privatizar empresas públicas y la confrontación contra quienes piensan distinto a la actual gestión.

Afirmó que tiene el apoyo y la compresión de las tres cuartas partes de los argentinos, pero, apunta Página 12, diversas encuestas  coinciden en señalar la caída de su popularidad, que era alta entre los jóvenes.

«El hecho que construya siempre desde la negativa va a llegar, más temprano que tarde, a un techo en el cual cada vez va a haber más gente que no puede esperar más y que va a estar más enojada con Milei», opina el analista político, Francisco Martinelli.

Y es que Argentina convive en este momento con una pérdida de más del 20% del poder de compra del salario y una inflación a la baja, pero que supera el 70% acumulado desde diciembre. El ciudadano común afirma que el poder adquisitivo ha bajado «muchísimo» y que, en gran cantidad de casos, un solo trabajo no alcanza para acomodarse.

Durante la campaña y desde que asumió, Milei ha insistido en que el duro ajuste que está aplicando lo paga «la casta», es decir, el sector más privilegiado de la política. Sin embargo, el 88,5% no le cree y advierte que las medidas afectan a la sociedad en general.

MEDIDA REACCIONARIA E INCOMPRENSIBLE

En su afán de ”ahorrar” a costa del beneficio social, Milei acaba de cerrar el Instituto Nacional de La Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), dejando en la calle a cientos de trabajadores.

Este era un organismo descentralizado con autarquía económica y financiera que fue creado durante la presidencia de Alberto Fernández para intervenir en el diseño e implementación de políticas que fomenten el desarrollo económico de diversos sectores agro productivos vinculados a la agricultura familiar, campesina e indígena y a la pesca artesanal.

El INAFCI era el encargado, entre otras cosas, de dar entidad a quienes trabajan en agricultura familiar, que son quienes producen más del 60% de los alimentos que se consumen en Argentina.

Estos agricultores familiares no entran en la categoría de pequeños productores, pero tienen diversidad, ya que están en todo el país y desarrollan los cordones periurbanos que abastecen a las grandes ciudades.

El arraigo en sus lugares de origen también evita las migraciones masivas a las urbes, de allí la importancia de las políticas del organismo para fomentar que estos sectores trabajen la tierra en los lugares donde viven.

Desde la asunción de Milei, sin embargo, el INAFCI «quedó trunco», un proceso de desarme que finalizó este martes 19 de marzo, con el anuncio de cierre por el vocero presidencial Manuel Adorni.

Lo que no dijo Adorni es que este cierre no solo afectará a los sectores que se dedican a este tipo de trabajo, sino también al desarrollo nacional y a la soberanía alimentaria.

Tomado de Cuba Si

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