La ruta del pescado busca la luz y solo ve el túnel

Una nueva Ley de Pesca, vigente desde agosto de 2020, no ha merecido muchos comentarios, quienes saben de la existencia de este texto jurídico tienen la esperanza de que algo bueno suceda. Mientras tanto, los cubanos seguimos con una eterna duda: ¿Por qué en Cuba no hay pescado?

Es bastante familiar el comentario de: ¿Cómo es posible que vivamos en una isla, rodeada de mar, y sea tan difícil comer pescado? ¿Por qué, si hubo un importante desarrollo de la acuicultura en los finales de los 80, no se ven siquiera peces de agua dulce? Lo más socorrido es imputar la ineficiencia a entidades estatales dedicadas a este empeño, sobre todo en momentos como los actuales donde crece la angustia por la escasez de alimentos, la subida de los precios, y las derivaciones de la pandemia.

Sin la intención de justificar la ausencia de los productos del mar en la mesa del cubano, pretendo compartir con los lectores de Cubadebate una conversación que sostuve recientemente con Ariel Padrón Valdés, Director de Regulaciones Pesqueras y Ciencias del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), donde están algunas respuestas.

_ ¿Las motivaciones para elaborar una nueva Ley de Pesca se corresponden con el objetivo de que haya más pescado?

_ No, respondió de inmediato Padrón Valdés, lo primero que debemos entender es que “la pesca” no es solo pescado, el tema tiene muchas más aristas.

“La Ley de Pesca” surge por la necesidad de actualizar la norma vigente que existía: el Decreto-Ley 164 del año 1996, al que le faltaban aspectos importantes, sobre todo los referidos al reconocimiento legal del pescador comercial no estatal en su calidad de trabajador por cuenta propia; y la necesidad de incrementar las acciones de prevención y enfrentamiento a los delitos e ilegalidades asociados al régimen de pesca.

“La nueva Ley tuvo varias razones, una de ellas fue la alarmante disminución de la población de peces en el mundo, en la región del Caribe y Cuba; según los estudios científicos, todos los recursos pesqueros en la plataforma marina cubana se encuentran plenamente explotados (20%) o sobrexplotados (80%)”.

_ Sabemos que la población de peces en aguas nacionales, decrece de forma acelerada, entonces, ¿Cuba está pescando en aguas internacionales? ¿Cuál es la situación de la flota pesquera de Cuba?

_ Tendríamos que hacer un poco de historia. En 1959 la pesquería en Cuba no tenía ningún desarrollo, era pesquería artesanal y para la actividad acuícola solo se había introducido algunos ejemplares de trucha, traídos de Estados Unidos, cuyo fin no era comercial sino recreativo y deportivo.

“Después de 1960, Cuba llego a tener una flota pesquera con barcos de gran porte que iban a pescar a aguas oceánicas; además, se amplió la pesca en aguas cubanas, mediante embarcaciones de ferro cemento, acero y madera, y se fortaleció la acuicultura en agua dulce y el camarón blanco.

“Sin embargo, en la década de los años 90 el mundo comienza a sentir el descenso de los recursos pesqueros y las organizaciones internacionales, al igual que hacemos hoy en Cuba, comienzan a manejar con más fuerza los recursos pesqueros bajo su administración. Entonces, se incrementan los requisitos para poder pescar en esos caladeros internacionales, que de conjunto con la obsolescencia de nuestras embarcaciones, condujeron a una retirada gradual de la flota.

“Es importante señalar, que dicha Flota pescaba en aguas internacionales y traía para Cuba más de 100 mil toneladas de pescado, además, en aquella época alcanzábamos en nuestras aguas, cifras superiores a las 70 000 toneladas de productos pesqueros e importábamos alrededor de 33 000. Todo eso hacía que Cuba tuviese mayor volumen de productos marinos que daba para un consumo anual por habitantes de 18 kilogramos.

“Hoy podemos calcular cuánto disminuye teniendo en cuenta que la pesca en aguas internacionales ha desaparecido; dentro de la plataforma cubana, de las 70 000, hoy contamos con alrededor de 20 000 repartidas en: 12 000 de peces, 4 000 de langostas, 600 de camarón, 800 de túnidos y un poco de otros productos que se obtienen de la plataforma como esponjas, pepinos de mar, ostión y cobo. Además, se cultivan como promedio otras 20 000 toneladas de peces en agua dulce. Así vemos, cuando se sacan cuentas, la reducción del consumo per cápita bajó de 16 kg a unos 3. 8 kg”.

_ ¿En las aguas internacionales se puede pescar sin restricciones?

_ Te explico: la división de los océanos parte de las líneas de base de cada país. Hacia adentro de esta se encuentran las aguas interiores y en ellas no se puede siquiera navegar por embarcaciones de otro pabellón; hacia fuera están las aguas jurisdiccionales (que son 12 millas náuticas a partir de la línea base) a las que se puede acceder, pero sólo en uso de navegación, no puedes pescar, no puedes detener el barco y tienes que pedir permiso; y a continuación se encuentran la zona económica exclusiva (hasta las 200 millas náuticas) donde se realizan las pesquerías.

“Las zonas económicas exclusivas de varios países terminaron por unirse bajo la administración conjunta de lo que hoy conocemos como OROP (Organismo Regional de Ordenación Pesquera). Los firmantes toman decisiones de acuerdo con el criterio de científicos de esos países, pero eso conlleva que no puedes entrar a esa zona a pescar como quieras, se pide un nivel de requisitos”.

_ ¿Cuáles requisitos le piden a Cuba?

_ Cuba no tiene embarcaciones para pescar en aguas internacionales, y esas embarcaciones son caras, pues hoy requieren de tecnologías de punta para diversas faenas. Cada organización regional tiene sus requisitos, en sentido general, se pueden resumir en los métodos y artes a utilizar para las faenas de pesca y los dispositivos que garanticen las acciones de vigilancia y control, estas organizaciones monitorean en tiempo real a los barcos que se encuentran operando en sus aguas. Lo demás, son procesos inversionistas y de mantenimiento asociados a la seguridad para la navegación.

_ ¿El Pescado que se comercializaba en Cuba antes de 1959 era importado?

_ No le puedo decir con exactitud, pero si se refiere a que en esa época se veía mucho pescado le puedo decir que sería en La Habana y otras ciudades importantes, pues en los campos donde vivían los pobres, mucha gente conoció el pescado después de 1959. Los consumidores eran una población reducida, por muy barato que fuese, según cuentan nuestros abuelos, había otros productos más baratos que el pescado. Desde otro ángulo, si concentráramos las 12 000 toneladas actuales en La Habana, habría mucho pescado.

_Volvamos al hoy. Tenemos una Ley de Pesca aprobada en 2019, sin desconocer la pandemia de covid-19, ¿Qué se ha hecho para implementar la ley e incrementar los peces para el consumo?

_Aunque sé que existe un interés marcado por saber si se incrementará el pescado marino, el objetivo fundamental de la Ley es frenar el deterioro de los recursos pesqueros en el mar. Por ello, se establecen cuotas máximas de captura, que en el caso de los peces, la cifra es de 12 300 toneladas anuales, esto repartido en todos los actores que realizan pesca en el mar.

“Es importante conocer, que ecológicamente, cuando las poblaciones de un recurso pesquero disminuyen mucho, su restablecimiento es casi imposible y menos si se mantiene la presión de pesca. Se conoce como sucesión del nicho ecológico, si una especie se elimina de cualquier ecosistema, viene otra que coloniza su espacio y volver atrás es imposible, no tenemos ese poder sobre la naturaleza.

“Por ello, no quiero romperle las ilusiones a ninguno, pero la pesca en Cuba no va a recuperarse a los niveles que experimentamos hace más de tres décadas. Y es que además, tenemos el fatalismo geográfico de habitar el Caribe, donde existen aguas ricas en biodiversidad, pero pobres en nutrientes, por ello, dependemos de los pocos escurrimientos que llegan al mar desde la tierra. En los continentes existen grandes cantidades de peces porque tienen caudalosos ríos que arrastran muchísimos nutrientes al mar, ese traslado de los nutrientes desata la cadena alimenticia y la abundancia de recursos marinos.

“Cuba es una isla que no tiene ríos caudalosos, aunque pensemos en el Cauto y el Toa, pero si los comparamos con el Mississippi, el Orinoco, o el Nilo, veremos la diferencia. A esto hay que sumar las consecuencias de las obras de la Voluntad Hidráulica que originó la construcción de represas en todo el país. Algo muy necesario ante los fenómenos atmosféricos, para tener reservas de agua potable y evitar inundaciones; pero al reprimir el río, muchos de los nutrientes de arrastres se quedan en el fondo de las presas, eso limita el caudal que llega a las zonas costeras, y cambia la hidrología de estas zonas.

“¿Qué tiene Cuba en sus fondos marinos?, aguas transparentes y espectaculares para el turismo subacuático, se ve el fondo desde 20 metros de distancia con una biodiversidad típica del Caribe hay una gran variedad de peces de muchos colores pero no contamos con grandes volúmenes de cada especie.

“El segundo objetivo es buscar otra alternativa: si no aumentan los peces de mar, implementar el desarrollo de los peces de agua dulce. La política no incluye solo los programas acuícolas sino también los pesqueros, pero es la acuicultura la que tiene que desempeñar el mayor papel si queremos que haya más pescado en Cuba”.

_ ¿Qué se hace concretamente?

_ Primeramente se han realizado con mucho trabajo varios procesos de capacitación a todos los niveles, con todos los organismos que intervienen en la implementación de la Ley; acción destinada a incrementar el cuidado de los pocos recursos que hoy nos quedan en la plataforma marina. Y en segundo lugar, si ya está claro que del mar no vamos extraer la mayoría del pescado; entonces, el MINAL trabaja en el cumplimiento del Programa de Desarrollo Acuícola, acción destinada a incrementar los niveles de pescado con destino a la población.

_ ¿Qué se hace en términos de acuicultura y camaronicultura?

_ En este momento se trabaja en los cultivos intensivo y extensivo. El primero, más factible para las limitaciones económicas y del bloqueo que sufre nuestro país. Se siembran los alevines en embalses sin tener que suministrarle alimentos; está limitado por la cantidad de alimentos en el medio natural. Para esta modalidad de cultivo se utilizan variedades de carpas que en el periodo de 12 a 18 meses de cultivo, en dependencia del embalse, alcanzan un kilogramo de peso por individuo. El segundo, es aquel donde en un espacio confinado se siembra gran cantidad de animales y se les suministra alimentos.

“Las presas nunca se dejaron de sembrar, aunque actualmente existen reservas en la explotación de las mismas. Además, la producción de alevines es costosa, en todos los casos se requieren insumos de importación; y para las especies de claria y tilapia (cultivo intensivo), demandan desde estas fase tempranas pienso importado. Todo ello conlleva a que, en el 2021 el extensivo produzca unas 14 mil toneladas y de intensivo tres mil toneladas”.

_ ¿En qué momento se deprimió la acuicultura?

_ Para ser justos, la acuicultura nunca se ha deprimido. Lo que sucedió es que su desarrollo se ha visto limitado por situaciones financieras. Esta actividad tiene su auge en los años 70, el Comandante Fidel Castro asoció la Voluntad Hidráulica como un espacio lógico para la acuicultura. En ese entonces se alcanzaban cifras promedios de mil toneladas, comienzan a incrementarse los niveles de siembra y en 1990 se superan las 20 000 toneladas, valor que se mantiene como promedio hasta la actualidad, con su registro máximo en 2015 de 27 500 toneladas.

_ ¿Por qué no se ha acudido en Cuba a la siembra de peces marinos?

_ El cultivo de peces marino es muy costoso. Hoy el que más rentabilidad tiene en el mundo es el de los atunes y el salmón; una jaula de atunes en el Mediterráneo puede producir 11 000 000 de dólares en el año. Pero los mayores volúmenes de producción se registran en los moluscos, organismos filtradores que no requieren alimentos balanceados.

“Cuba además de las prácticas actuales de cultivo de ostión y camarón blanco, apuesta por el desarrollo del cultivo en jaulas flotantes de la especie tilapia roja, ejemplar utilizado en agua dulce, pero que puede aclimatarse a ambiente marino. Este año concluyó la parametrización por parte del Centro de Investigaciones Pesqueras y es posible realizarlo con la misma tecnología que existe en el país para el agua dulce”.

_ ¿Dónde está presente la inversión extranjera?

_ Actualmente el país cuenta con un proyecto de inversión extranjera que funciona en el camarón de cultivo; y una cartera con proyectos para la construcción y reparación de embarcaciones y los cultivos de pepino de mar, angula, esponja y tilapia roja.

_ Si antes no existía la figura del cuentapropista como pescador, ¿cómo se explica que haya vendedores de pescado a domicilio?

_ Lo primero que tenemos que aclarar que esta actividad de venta a domicilio es una ilegalidad.

“Cuba desde los años 90 tenía aprobado por un acuerdo del Consejo de Ministro la relación contractual de los pescadores con las empresas pesqueras, hoy refrendado en la Ley de Pesca. Actualmente, las mismas embarcaciones mantienen contrato con la empresa pesquera u otra entidad designada por los intendentes municipales, pero el producto de sus pesquerías se comercializa ciento por ciento bajo los términos del contrato con la entidad jurídica.

“Las personas que compran productos pesqueros de forma ilegal pueden intoxicarse, hasta a mí han llegado denuncias de la Fiscalía por personas con daños de ciguatera. Uno de los casos fue el de una señora que murió por esto, compraron en una carretilla donde vendían viandas junto con paqueticos de pescado, tres personas lo consumieron, una de ellas enfermó y falleció.

“Ahora existe además el pescador comercial acuícola. Hablamos de un campesino que tiene una micropresa para regadío en sus tierras y puede sembrar ahí peces. Eso para una empresa estatal no es rentable porque la pesca sería poca, pero el particular puede hacerlo”.

_ Dicen que uno pone un pedazo de pescado a la intemperie, y si las hormiga vienen a comer no tiene ciguatera.

_ Eso es mentira, al que le ha dado resultado esa práctica, ha tenido mucha suerte.

_ Sin dar pronósticos ¿Habrá pescado en Cuba?

_ No voy a decir fechas para no equivocarme, pero existe un programa acuícola que de consolidarse dará resultados. Estamos hablando de 10 000 toneladas de la plataforma, pescado marino, y el resto 77 000 de la acuicultura.

“Hoy estamos en una situación más favorable. Para el 2022, se debe romper el récord de producción y siembra de alevines en el país; se han preparado las empresas para aprovechar eficientemente los desperdicios de las industrias cárnicas y pesqueras, que mezclados con subproductos agrícolas, constituyen una fuente de alimentos alternativos para atenuar el déficit de piensos balanceados de importación. Además, las empresas exportadoras, destinan una parte de sus ingresos a la compra de insumos y alimentos para aumentar la eficiencia del cultivo intensivo.

“En resumen, no quiero crear falsas expectativas, pero la población debe saber que el Ministerio de la Industria Alimentaria, no está de brazos cruzados, batallamos con esfuerzo e inteligencia para que haya pescado en la mesa del cubano”.

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