Este jueves se instala la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Es el final de un proceso democrático en que se votó por la elección de los nuevos diputados. Los resultados de las Elecciones Nacionales ratificaron la confianza y el apoyo de la mayoría del pueblo a un sistema que no se asume perfecto, pero que responde a las demandas y justas aspiraciones de la ciudadanía.
El presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha resaltado en numerosas oportunidades el carácter esencialmente popular del Parlamento cubano. En el Parlamento está el pueblo. La composición del ente refleja la diversidad de la nación. Se remarca la presencia de jóvenes y mujeres, no por demagogia, sino como expresión del natural impacto de sectores que suelen ser subestimados por otros modelos políticos.
La legislatura que culmina fue la primera encabezada por una nueva generación de dirigentes, nacidos o formados en su mayoría después del triunfo de la Revolución. Implicó una significativa labor legislativa, que incluyó la aplicación de una reforma constitucional, resultado de la decidida participación popular.
Ha sido (está siendo) una compleja y demandante etapa para la nación toda. Pero la confianza que el pueblo ha depositado en el modelo cubano es acicate para seguir construyendo el proyecto de sociedad al que se aspira.
Este jueves comienza la nueva legislatura, que asumirá grandes desafíos. La continuidad de la Revolución no es un concepto abstracto: tiene que concretarse en un modelo de dirección colectiva en permanente diálogo con la población. La verdadera democracia, que es la participación activa del pueblo. Esta no es una Asamblea de élites, desligada de las bases. Esta es, y será, la Asamblea del pueblo. Al pueblo se debe.
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Tomado de Cuba Si
