En esta primera etapa pos-covid-19 por la que transita el país, uno de los principios que no pierden de vista los sectores de la agricultura, el azucarero y la industria alimentaria es el de recuperarse con esfuerzo propio, a pesar de las adversidades.

Esa fue la máxima que guio las intervenciones del ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, de Julio García Pérez, presidente del Grupo Azucarero (Azcuba), y de Manuel Sobrino Martínez, titular de la Industria Alimentaria, en el programa televisivo Mesa Redonda, de este martes.

Rodríguez Rollero destacó  que la misión de la Agricultura, en la etapa de recuperación, se concentra en:

Reincorporar la fuerza laboral que se vio afectada en la etapa de enfrentamiento al nuevo coronavirus.

Reforzar las medidas higiénico-sanitarias en cada uno de los centros e instituciones del sistema de la agricultura, con vistas a garantizar la incorporación del 100 % de los trabajadores.

Incrementar los niveles de siembra, producción y acopio de alimentos, así como la venta en los mercados, las exportaciones y el procesamiento industrial de los productos agropecuarios.

Mantener las iniciativas logradas en el ámbito de las exportaciones, como es el caso del tabaco torcido, que se llevó al mercado internacional a través de las navieras, en contenedores refrigerados, ante la no operación de 12 aerolíneas encargadas de esta actividad anteriormente.

Perfeccionar el sistema de acopio y la contratación y, en algunos territorios, eliminar el predominio de esa entidad a nivel comunitario, para lo cual se diseña un nuevo modelo de gestión con nuevas figuras.

Continuar con el abastecimiento a personas vulnerables, mediante bolsas de alimentos.

Desarrollar ideas como el Agromóvil, que consiste en acercar los productos agrícolas a personas residentes en comunidades aisladas o de difícil acceso; asimismo, se incrementará el servicio a domicilio y de mensajería.

Priorizar la entrega de tierras ociosas en usufructo para el cultivo de alimento de consumo animal.

Continuar desarrollando el intercalamiento de cultivos, con prioridad para aquellos de ciclo corto.

Mantener la prioridad en la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar con cero canteros y cámaras vacías en huertos intensivos, organopónicos y semiprotegidos. En la actualidad existe un total de 599 173 cámaras y canteros; de ellos se encuentran sembrados 594 308; quedan por plantar 4 865.

El Ministro de la Agricultura se refirió a las dificultades con la producción de arroz, renglón que había comprometido la entrega de 190 000 toneladas este año al balance nacional, pero «se incumplió la campaña de siembra de la época de frío en 22 000 hectáreas por falta de combustibles, fertilizantes y plaguicidas», afirmó.

Dijo que se decidió retomar en la campaña de primavera, en la cual se deben cultivar 95 000 hectáreas. «Con todas las limitaciones de insumos, se están sembrando en estos momentos unas80 000», puntualizó.

Se discutió con los cerca de 20 000 productores arroceros, a quienes se les han ido creando condiciones, desde el punto de vista de entrega de tierras, equipamientos y semillas.

«De las 80 000 toneladas comprometidas en el reajuste del plan, esos productores se comprometieron a entregar 104 000», añadió.

Al explicar la compleja situación sobre el suministro de la carne de cerdo, uno de los renglones más demandados por la población, señaló que desde noviembre se enfrentan problemas con los aseguramientos de alimentos para la ceba, por lo que se ha protegido la masa básica, como reproductoras genéticas, comerciales y precebas.

Añadió que este año se mantendrá la entrega mensual a la industria de unas 6 000 toneladas de carne, cifra que representa solo un tercio de lo que se necesita para mantener una presencia estable de este surtido, que son 17 000 toneladas en total.

Informó de la entrega de tierras a los porcicultores para la siembra de alimentos, así como el fomento de la raza criolla como una opción a restablecer, fundamentalmente, para el autoabastecimiento municipal.

También se revitalizará el sistema de aseguramiento al turismo, próximo a comenzar sus funciones en las fases de recuperación, se potenciarán los contratos directos de los productores con instituciones de este sector y expandirán las iniciativas surgidas tras la carencia de fertilizantes y plaguicidas que experimenta el país, los cuales han sido sustituidos con variantes como los biofertilizantes, fertilizantes foliares, abonos orgánicos e insecticidas naturales.

LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA POR PRODUCIR MÁS

Según Julio García Pérez, presidente del Grupo Azcuba, el sector azucarero fue uno de los que no detuvo su producción, a pesar de la pandemia. En dicha etapa, se aplicaron 57 medidas, de las cuales se mantienen 35 para la primera fase de recuperación, entre ellas:

El distanciamiento físico, uso del nasobuco y de solución del hipoclorito para la desinfección

Vigilancia y pesquisa activa en los puestos médicos de cada central, donde entran diariamente entre 400 y 800 trabajadores.

Medidas de acceso y control a los centros de elaboración de alimentos del sector.

Higienización de los medios de transporte.

Mantener el trabajo a distancia.

Producciones para la etapa de recuperación

La primera fase se enmarca en un periodo de junio a diciembre, en la cual la prioridad es el cumplimiento de las labores de producción de caña, pues en los tres últimos años se ha incumplido la siembra.

Se cuenta con las condiciones para cumplir, ya que existen casi 97 000 hectáreas en movimiento, más de 145 000 sembradas, además de las 40 000 que faltan por procesar.

El Presidente de Azcuba señaló que priorizarán en tierras del sector la producción de alimentos, tanto para consumo humano como animal.

LA INDUSTRIA ALIMENTARIA SE MANTIENE ACTIVA

En los meses de enfrentamiento a la covid-19 se mantuvo activo todo el sistema de producción de alimentos y, en esta fase de recuperación, se han diseñado un grupo de medidas a partir de las prioridades y compromisos del ramo, aseguró en su intervención Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria (Minal).

Como primera prioridad se encuentra asegurar la canasta básica familiar normada, incluyendo alimentos como la leche para menores de siete años, el café, la compota, el aceite y las pastas alimenticias.

En relación con el aceite, con destino a las cadenas de tiendas, si bien el esquema de suministro de este producto está por encima respecto a años anteriores, ante el incremento de los consumos, la oferta no suple los niveles de demanda.

Tienen preferencia en la entrega de los alimentos las instituciones de salud, los centros de aislamiento, tiendas y unidades del comercio interior, y las demandas del turismo.

Garantizar que en los lugares donde se produzcan alimentos se cumplan con excelencia las normas de higiene e inocuidad establecidas.

En el caso de los refrescos y cervezas se aseguran las materias primas y se toman alternativas en el proceso de envase para no afectar su comercialización.

Se refuerza el control interno en todas las instalaciones productoras.

El Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria incorpora el diseño de nuevos productos, defendiendo el principio de aprovechar y potenciar las materias primas con componente nacional.

Se priorizan los aseguramientos logísticos para la campaña de primavera de la leche y el mango, así como la pesquería de escama de plataforma y la acuicultura.

Optimizar el uso del suero lácteo y los derivados de la soya, garantizando los encadenamientos productivos con las industrias locales y otros organismos que procesen alimentos.

Incrementar los niveles de carne en conserva, para lo cual es necesario seguir aumentando la industrialización de la sangre vacuna y porcina en la elaboración de productos cárnicos, además del uso de extensores como harina de trigo, arroz, maíz, etc.

Aprovechar más el reciclaje de envases, a través de los mecanismos de materia prima.

Lograr un encadenamiento efectivo con todos los actores económicos.