The Washington Post publicó una investigación que destapa la secuencia de los últimos ataques letales ejecutados por Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, acciones que Washington presenta como operaciones “antinarcóticos” pero que organismos internacionales califican como posibles ejecuciones ilegales. La magnitud del despliegue alcanza a Colombia, Venezuela, México, Ecuador y República Dominicana.
Bombardeos cerca de Colombia y Venezuela: la línea roja que cruzó Washington
El mapa divulgado por el diario muestra 19 ataques en poco más de seis semanas. Cuatro ocurrieron frente a las costas de Buenaventura, epicentro de rutas marítimas en el Pacífico colombiano, mientras otros dos fueron lanzados entre Colombia y Ecuador. En paralelo, nueve operaciones se registraron en zonas marítimas próximas a Venezuela, ampliando la amenaza en el Caribe.
Los bombardeos, atribuidos por fuentes estadounidenses contra presuntas narcolanchas, no incluyen coordenadas exactas ni evidencia verificable. Entre el 22 de octubre y el 4 de noviembre, la ofensiva habría sido particularmente intensa, según el propio periódico.
Trump lo justificó como “conflicto armado” contra cárteles
El presidente Donald Trump defendió la campaña alegando que Estados Unidos enfrenta un “conflicto armado” contra los carteles de la droga. El argumento equivale a una autorización informal para ataques letales extraterritoriales, sin control judicial y sin participación de los Estados soberanos afectados.
Pero esta narrativa choca con lo expuesto por expertos de Naciones Unidas, quienes advirtieron que los bombardeos “parecen ser ejecuciones ilegales ordenadas por un gobierno, sin proceso judicial”. Hasta ahora, Washington no ha presentado pruebas sobre los supuestos vínculos criminales de las embarcaciones atacadas.
Una escalada que dejó decenas de muertos en aguas latinoamericanas
La ofensiva comenzó el 2 de septiembre con un bombardeo en el Caribe que dejó 11 muertos. A este siguieron ataques el 15 y el 19 de septiembre, este último en aguas internacionales. Desde entonces, la campaña avanzó con una frecuencia casi diaria.
3 de octubre: ataque cerca de Venezuela, cuatro fallecidos.
14 de octubre: seis muertos en el Caribe.
16 de octubre: bombardeo a un semisumergible, dos víctimas y dos sobrevivientes.
17 de octubre: ataque vinculado por primera vez a una lancha presuntamente ligada al ELN.
21 y 22 de octubre: nuevos golpes en el Pacífico oriental.
24 de octubre: seis muertos en operación atribuida al extinto Tren de Aragua.
La jornada más letal ocurrió el 27 de octubre: tres bombardeos contra cuatro embarcaciones causaron al menos 14 muertos. Y la ofensiva continuó el 29 y durante casi todo noviembre, con muertos en ataques realizados los días 1, 4, 6, 9, 10 y 15.
El Caribe y el Pacífico latino, convertidos en tablero militar de Washington
El 4 de diciembre, el Comando Sur confirmó otro ataque en el Pacífico, con cuatro muertos, justo cuando altos mandos eran interpelados en el Congreso por la falta de controles, transparencia y criterios legales en la operación.
La revelación del Washington Post vuelve a encender las alarmas sobre el uso de la lucha antidrogas como pretexto para operaciones militares extraterritoriales, con impactos directos en la soberanía de países latinoamericanos y un precedente peligroso para la región.
Tomado de Cuba Sí



