Papa: «sufrimiento tremendo» de inocentes en Tierra Santa

El Papa Francisco lamentó hoy que Tierra Santa viva una tragedia, «precisamente en los lugares donde Vivió el Señor, donde nos enseñó con su humanidad a amar, a perdonar y a hacer el bien a todos».

Francisco volvió a hablar de la guerra entre Israel y Hamás durante la audiencia que concedió a los participantes en el Consejo de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.

A esos lugares donde vivió Jesús «los vemos desgarrados por tremendos sufrimientos que afectan sobre todo a tantos inocentes, a tantos inocentes muertos. Por eso estoy espiritualmente unido a ustedes, que comparten el gran dolor de la Iglesia Madre de Jerusalén e imploran el don de la paz».

En otra de sus audiencias, con los Patronos de las Artes de los Museos Vaticanos, el Pontífice destacó que el arte crea «puentes» entre los pueblos, tanto más necesarios en estos tiempos de guerra.

«El arte, y el arte religioso en particular, puede llevar un mensaje de misericordia, compasión y aliento no solo a los creyentes, sino también a quienes dudan, se sienten perdidos, inseguros o quizá solos», afirmó.

Francisco destacó que «el arte siempre habla al alma. Tiene el poder de fomentar el reconocimiento de nuestra humanidad común, de tender puentes entre las culturas y los pueblos, y de crear ese sentido de solidaridad que tanto necesitamos en nuestro mundo tristemente dividido y desgarrado por la guerra».

Agradeciendo a los mecenas su apoyo a la conservación y restauración de las obras de los Museos Vaticanos, el Papa concluyó: «su compromiso es un signo concreto de su aprecio por el potencial de las artes, en sus múltiples formas, para abrir las mentes y los corazones a la belleza de la creación y a la misteriosa riqueza de nuestra vida y vocación humanas».

Por otra parte, el Papa se refirió también a la violencia contra las mujeres, en un mensaje que envió a la campaña de sensibilización lanzada por la emisora italiana Rai Radio1 Gr1 & Cadmi D.I.Re.

«La violencia contra las mujeres es una mala hierba venenosa que asola nuestra sociedad y debe ser erradicada de raíz. Y estas raíces son culturales y mentales, crecen en el terreno de los prejuicios, de la posesión, de la injusticia», afirma Francisco.

«¡Cuántas mujeres están abrumadas por el peso y el drama de la violencia! Cuántas son maltratadas, abusadas, esclavizadas, víctimas de la arrogancia de quienes creen poder disponer de sus cuerpos y de sus vidas, obligadas a rendirse a la codicia de los hombres», subraya el Papa.

Francisco denuncia que «en demasiados lugares y en demasiadas situaciones, las mujeres son puestas en segundo plano, son consideradas ‘inferiores’, como objetos: y si una persona es reducida a una cosa, entonces ya no se ve su dignidad, es considerada solo una propiedad de la que se puede disponer en todo, hasta el punto de suprimirla».

El Papa, al hablar de la violencia contra las mujeres, acusa también a «los medios de comunicación de masas que siguen desempeñando un papel ambiguo. Por una parte, favorecen el respeto y la promoción de la mujer; pero por otra transmiten continuamente mensajes marcados por el hedonismo y el consumismo, cuyos modelos, tanto masculinos como femeninos, obedecen a los criterios del éxito, de la autoafirmación, de la competencia, del poder de atraer a los demás y dominarlos».

«¡Pero donde hay dominación hay abuso! No es el amor el que exige prisioneros. ¡El Señor nos quiere libres y en plena dignidad! Frente a la plaga de los abusos físicos y psicológicos contra las mujeres -subraya el Pontífice- urge redescubrir formas de relación justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento recíprocos».

En primer plano está el papel de las familias porque «los condicionamientos de todo tipo deben ser contrarrestados con una acción educativa que, partiendo de la familia, ponga en el centro a la persona con su dignidad», explica.

«Es nuestro deber, responsabilidad de todos, dar voz a nuestras hermanas sin voz: mujeres víctimas de abusos, explotación, marginación y presiones indebidas. ¡No permanezcamos indiferentes! Es necesario actuar ahora -es el llamamiento del Papa-, a todos los niveles, con determinación, urgencia, valentía».

«De cómo tratamos a las mujeres, en todas sus dimensiones, se revela nuestro grado de humanidad», concluyó el Papa.

Tomado de Cuba Si

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