En las semanas y meses por venir, hasta el próximo 28 de julio en que se desarrollarán las elecciones presidenciales, el actual presidente venezolano, candidato ratificado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tendrá ante sí, sin dudas, momentos desafiantes, algunos de los cuales ya está viviendo.
Son muchos los retos, los desafíos, las amenazas: desde la consabida campaña mediática con todos los trolles incluidos que puedan imaginarse para desmembrar la pertinencia y transparencia del proceso electoral de esa nación – por demás, la que más procesos ha realizado en los últimos 10 años – hasta los intentos de sabotaje a servicios básicos para causar malestar en la población y descontento generalizado contra el gobierno, hasta los propios actos de magnicidio contra la vida del presidente.
Todos los cañones se enfilan contra el proceso bolivariano, porque ha sido capaz de resistir los más inimaginables embates internos y externos, el más cruel ensañamiento y ahí está, firme y leal a los principios que lo vieron nacer y al plan que para la Patria les legó el Comandante Hugo Chávez.
Por cierto, ya la campaña electoral de la nación sureña da que hablar en la mal llamada gran prensa del mundo y ni siquiera ha entrado en su momento cumbre, porque los motores se calientan desde ya en tanto se nota a una oposición sin liderazgo, sin un programa de gobierno definido, fragmentada y sin nada en concreto que ofrecer a un pueblo que ha aprendido a superarse y saltar los más grandes obstáculos por sí mismos, defendido la paz, la estabilidad y la unidad.
“¡La esperanza está en la calle! ¿Por qué Nicolás? Porque somos la generación de Chávez que ha vivido grandes batallas, golpes de Estado, guarimbas, paros petroleros, y también fuimos testigos del nacimiento de las Grandes Misiones Sociales para curar las heridas del Pueblo. ¡Siempre leales al Comandante Chávez! ¡Vamos a la victoria!”, ha dicho Nicolás Maduro en su cuenta en la red social X.
Y es que seguramente, lo veremos ir una y otra vez a las calles en los próximos meses, recorrer el país, volverán las mareas rojas y personas de muchas generaciones se unirán a escuchar y defender sus propuestas, no por inercia o por ser más de lo mismo, sino porque han reconocido en sus maneras de hacer, la defensa de lo que mucho ha costado, imperfecto sí, pero el camino más justo posible con todos y para todos y todas.
“Nuestra razón es histórica y nos mantiene firmes, en pie de lucha… A través del diálogo y la Diplomacia de Paz hemos derrotado los planes guerreristas de los apellidos para materializar el sueño bolivariano. ¡Con el Pueblo vamos hacia nuevos triunfos!”, señaló también en la propia red social hace apenas unas horas.
Hace algunos años escribí que lo que no pueden perdonarle las grandes oligarquías derechistas y el imperialismo a Nicolás Maduro, era su resistencia, su gallardía, su dignidad, su capacidad para salir de cada escollo y avanzar a pesar de cualquier obstáculo por difícil que sea, su compromiso con el pueblo, protagonista y beneficiario mayor de las Revoluciones más genuinas, como la que él defendía e impulsaba.
Hoy tengo esa certeza, más que nunca. Los próximos meses nos lo confirmarán. Y será, más que todo, otra etapa de victorias.
Tomado de Cuba Si
