En Cuba la solidaridad prevalece entre tormentas

Por encima de campañas difamatorias, bloqueos y necesidades con las que lidia el pueblo de Cuba, hoy nadie es capaz de sostener con argumentos sólidos, que está en riesgo de desaparecer el sentimiento solidario.

Varios ejemplos ilustran la presencia viva de la solidaridad durante los últimos meses, primero ante las afectaciones por intensas lluvias de la tormenta tropical Imelda y tras la devastación del huracán Melissa, que hizo estragos en casi todo el oriente.

Ya pasaron 13 años desde que el huracán Sandy maltrató esta región, y es verdad que se han realizado cambios en el país, pero también que la necesidad de ayudar a los más afectados en tiempos de contingencia, sigue intacta.

Brindar la vivienda más fuerte para proteger al vecino que vive en una endeble, hasta lanzarse en aguas turbulentas y en medio del viento, para salvar una vida, son ejemplos vívidos y vividos del material humano del pueblo cubano.

Sería imposible e injusto hablar de la acción solidaria entre cubanos, si quedaran excluidos los nuevos actores de la economía cubana, ese grupo económico social que emergió del contexto complejo para integrarse en el diverso entramado social.

Las Mipymes como generaliza la mayoría, para referirse también a trabajadores por Cuenta Propia y Cooperativas no Agropecuarias, dieron el paso al frente y asumieron hasta la logística para trasladar ayuda desde alejadas regiones del país hasta el oriente de Cuba.

No queda una sola provincia afectada por Melissa (Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín) hasta donde no hayan llegado con alimentos, utensilios, ropas, aseo personal, además de un gesto amable, una sonrisa, un estrechón de manos y todo indicio de que actúan con sinceridad y cariño.

Sabemos que en la cabeza de muchos detractores del modelo político y social cubano, las formas de gestión no estatales pueden ser un vehículo para fracturar la unidad del pueblo, pero ejemplos como estos son el mejor tapón de boca.

Es ilusorio creer que el Gobierno cubano puede solo ante eventos extremos como Melissa, con las limitaciones que enfrenta para el comercio fuera de fronteras debido al bloqueo económico, comercial y financiero que aplica el Gobierno de Estados Unidos, y en el contexto de crisis integral internacional.

Por eso dentro del archipiélago colaboran las personas, instituciones estatales o no, organizaciones sociales y de masas, para ayudar con lo que se pueda a quienes perdieron todo, como es natural no con lo que les sobra, porque en Cuba tener sobrante no está de moda.

Esa voluntariedad la articulan los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, Organizaciones No Gubernamentales, además de empresas cuyos trabajadores ayudan a sus homólogos de un extremo a otro del país.

El altruismo entre cubanos tiene orígenes diversos, como la sociedad actual, y es una muestra de que se puede sostener la unidad en la diversidad, y en tiempos de crisis, para que al llegar la tormenta la solidaridad siga aquí.

Tomado de Cuba Sí

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Portal Cubasí

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