Máximo Gómez ocupa un lugar cimero en la historia de Cuba, no solo por la magnitud de sus aportes militares, sino por la hondura moral de un hombre que hizo suya, sin titubeos, la causa independentista de un país que no era el suyo por nacimiento, pero sí por convicción.

En el aniversario 189 de su natalicio, su figura vuelve a situarse en el centro de las reflexiones sobre la nación, porque su ejemplo continúa iluminando el sentido del deber y la entrega absoluta a un ideal de libertad.
Fue, además, pieza clave en la articulación estratégica de las guerras del siglo XIX, un jefe que transformó la manera de concebir la contienda en el escenario cubano.
Su compromiso con las luchas por la independencia fue total y sostenido, desde su participación inicial en la Guerra de los Diez Años hasta su rol decisivo en la gesta de 1895. A Gómez se debe, en gran medida, la organización y ejecución de la Invasión a Occidente, una de las operaciones militares más audaces de la historia latinoamericana.
Su dominio del arte de la guerra, su disciplina y su capacidad para interpretar las realidades del país le permitieron conducir al Ejército Libertador en momentos cruciales, demostrando que la combinación de audacia y cálculo táctico podía inclinar la balanza a favor de un ejército mambí menor en recursos, pero mayor en determinación.

Pero más allá de sus méritos militares, su liderazgo descolló por la ética y la coherencia. Hombre de carácter firme, supo ejercer la autoridad sin renunciar nunca a la humildad y al respeto por sus subordinados.
Se mantuvo siempre fiel a los principios patrióticos que abrazó al llegar a Cuba, y rechazó cualquier intento de instrumentalizar la victoria para beneficio personal. Por eso, al evocarlo hoy, se recuerda no solo al estratega brillante, sino al patriota íntegro cuya vida es testimonio de lealtad a una causa justa. Su legado continúa siendo guía para comprender la construcción de la nación y el valor de quienes, como él, la hicieron posible.
Homenaje en República Dominicana
Dominicanos y cubanos rendirán homenaje hoy al Generalísimo Máximo Gómez, al conmemorarse el aniversario 189 de su natalicio, en un acto que tendrá como escenario la ciudad de Baní, provincia Peravia, República Dominicana, informa Prensa Latina.
El tributo principal se desarrollará en el parque que lleva su nombre, donde un busto recuerda de manera permanente la grandeza de quien es considerado una de las figuras más notables de la historia americana.
En ese mismo espacio, situado en el corazón de la ciudad, se encuentra también una réplica de la casa natal del prócer, una construcción de madera, con piso de tierra y techo de guano, que evoca con fidelidad el entorno en que transcurrieron sus primeros años.
Desde allí, la memoria del héroe se enlaza con su trayectoria militar en Cuba, donde destacó como estratega durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y tuvo un papel determinante en la Guerra Necesaria de 1895.
Máximo Gómez asumió a Cuba como su patria adoptiva y encarnó valores que lo convierten en símbolo de humildad, valentía y vocación de servicio. Su vida y su obra reflejan también los profundos lazos de amistad que unen a dominicanos y cubanos, vínculos reafirmados hoy en cada gesto de homenaje a su legado.
Tomado de Cuba Sí



