Día Internacional de los Trabajadores, dispuestos a batallar contra la COVID-19

Por segundo año consecutivo, habrá una calma aparente, no se escucharán consignas, tampoco se avistarán pancartas ni se enarbolarán decenas de banderas. Un estado desértico inundará vías y plazas, cuales existan en el planeta. La destrucción que trae la pandemia del nuevo coronavirus pretende opacar alegrías, sacrificios y logros; sin embargo, la misión de cada uno de nosotros vale mucho, por ello este Primero de Mayo lo celebraremos desde cada frente, contra la COVID-19.

Será este Día Internacional de los Trabajadores para, desde casa, colgar nuestra bandera cubana desde balcones, ventanas o azoteas; rememorar a los más pequeños el valor de la fecha y mostrarles por fotos antiguas a los que esta sería su primera marcha, cómo es la experiencia, la convicción de este pueblo, lo impactante de sus desfiles y, desde otros archivos, volver a sentir la energía y convicción de cada palabra y frase que conformaban los históricos discursos del líder Fidel Castro.

Los medios de comunicación, noticiarios televisivos, Facebook, Instagram y demás redes sociales, otra vez serán las plataformas principales de esta gran fiesta de los trabajadores. Quedará guardado en fotos, videos, canciones y poemas, el recuerdo de la plaza vacía, pero fluirán por internet miles de historias desde cada barrio, con los niños vestidos con sus uniformes, los adultos con sus pulóveres de color rojo y las banderas de papel, así sean confeccionadas a mano.

A pesar de que la fecha no pasará por alto, es necesario resaltar que hoy no será como antes del 2020, porque el SARS-CoV-2, con sus nuevas variantes en desarrollo, atenta cada vez más contra la salud y la vida de adultos mayores, niños, personas con enfermedades precedentes, y hasta jóvenes sanos, que están siendo atacados fuertemente, al punto de caer en estado crítico, y otros, lamentablemente, fallecen. De ahí la necesidad de usar el nasobuco y cumplir con todas las medidas higiénico-sanitarias.

Los meses que van de este año han revelado cifras alarmantes de nuevos casos positivos, como también desoladoras por el alto número de fallecidos que se notifica por jornada. Queda mucho por aprender de la enfermedad, pero aún más para lograr una mayor percepción de riesgo en la conciencia de las personas: que las madres entiendan el peligro que representan sus hijos jugando en las calles, que se use correctamente el nasobuco y el aislamiento domiciliario se cumpla con responsabilidad.

Imaginarse a cada uno de los actores de la sociedad cumpliendo con lo que es debido, respetando las indicaciones y haciendo cada cual lo que le corresponde, sería, a largo plazo, vivir en una nueva normalidad, sentir el sudor corriendo por la frente, poder entonar lemas, compartir con colegas, caminar durante cuadras hasta llegar a ver a Martí, a ese gran monumento. No es una utopía, es una realidad que podremos vivir en muy poco tiempo, si entre todos le hacemos frente a la COVID-19.

En este Primero de Mayo, llegue una felicitación especial, un gesto de admiración, a toda la comunidad científica y médicos cubanos, y demás trabajadores que han laborado sin días de descanso, atendiendo a los enfermos, estudiando al virus, creando candidatos vacunales nacionales contra la COVID-19. A ellos les debemos tantos pacientes recuperados, el retorno de una madre o un abuelo a casa. Se les debe miles de vidas, se les debe salud y se les debe felicidad.

Tomado de Cuba Si

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