Detrás del nasobuco

Detrás del nasobuco siguen las sonrisas. Porque el optimismo y la confianza es lo último que perdemos los cubanos.

Como también hace falta relajar en este confinamiento, se me ocurre que aquellos que se sentían apenados porque su dentadura no era la más hermosa, por estos días, al menos esa preocupación no la tienen.

Se ahorrará mucho creyón de labios, también brillo labial, y probablemente máquinas de afeitar en el caso de los hombres, porque si mantienen ocultas las mejillas, ¿para qué afeitarse diariamente?

Quienes se sienten inconformes con el grosor de sus labios e incluso aspiraban a una cirugía cosmética, también tienen una pausa con ese desasosiego.

Y como esa mascarilla oculta buena parte del rostro, pues también deja escondidas algunas arruguitas, lo cual es bueno.

Esta es la oportunidad de los ojos habladores, el momento para entrenarse en expresar con la mirada lo que la sonrisa no puede decir. Y todos los ojos son bellos si así son las emociones que habitan en el pecho.

Los que sí están fastidiados con el nasobuco son quienes tienen entre sus principales bellezas externas la sonrisa o una dentadura de concurso; esos, tendrán que esperar para volver a mostrarlas.

De todas formas, en algún momento todo volverá a la normalidad, aunque tengamos que esperar, con disciplina, confiando en las medidas de la mano de la ciencia que está tomando nuestro gobierno; y cuando eso ocurra, los besos no dados que igual permanecen tras los nasobucos, llegarán a sus destinatarios.

Por: Vladia Rubio / Tomado de Cuba Sí

 

(Visitado 65 veces, 1 visitas hoy)

Portal Cubasí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *