Chang, pequeño de estatura, gigante de talento

La meseta de San Felipe, enclavada a 27 kilómetros al noroeste de la ciudad de Camagüey, marca un momento especial en la vida de Alfonso Chang Rodríguez, no solo por los quince años asentado en ese inhóspito paraje, sino por lo que llegó a descubrir en la insaciable sed de investigar sobre los secretos del mineral niquelífero que distingue esa porción de la geografía cubana.

Como lo describe, San Felipe es un yacimiento atípico en Cuba y a nivel mundial, con menas silacatadas, asociadas a un grupo de minerales que contiene dióxido de silicio en su forma cristalogénica, diferente a las regiones de Moa y Nicaro, donde el níquel está contenido en minerales oxidados; de allí las tierras rojas, mientras aquí asume un color verde al extraerse ese recurso natural asociado a minerales arcillosos en el que el níquel está incluido.

Desentrañar tales particularidades tradujo la investigación geológica en un resultado diferente para el diseño de una mina, puesto que al ser de arcilla, los bancos donde se asientan tienen que ser distintos al igual que los talúes para que no se derrumben y las tecnologías de explotación, cuestión que ocurre desde el punto de vista geológico.

“San Felipe a pesar de ser un yacimiento atípico tiene algunas analogías a nivel mundial, con el Murrín-Murrín, en Australia, que no es completamente igual, pero muy parecido, y algunas menas silacatadas arcillosas en Geosol Isabal, en la República de Guatemala”, sitio donde Chang tuvo la oportunidad de colaborar durante dos años.

La experiencia recogida en este lugar del norte de Camagüey y la aprehensión de conocimientos, a lo largo de su carrera de estudiante en el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas Máximo Gómez Báez y luego al recibirse como geólogo en Ucrania, en la otrora Unión Soviética, sirvieron de base para un compendio exhaustivo para la formación doctoral.

La génesis de este grado científico tiene como sustento: Metodología para la identificación y la caracterización cristaloquímica de las fases minerológicas de níquel presentes en las cortezas del interperismo saprolíticas, fruto del estudio realizado en San Felipe.

La pretensión de Chang al aplicar el conocimiento como ciencia ha sido contribuir al progreso económico y social del país, con aportes creativos y sustentables, sin pensar en reconocimiento alguno. Sin embargo, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, estimó que merecía el Premio a la Innovación Tecnológica 2020, otorgado por decreto presidencial y aparecido recientemente en la Gaceta Oficial Extraordinaria del 2021.

“Realmente el premio me sorprendió, es muy difícil obtenerlo, aunque al parecer no imposible. Constituye un alto honor y un compromiso moral. Considero que es lo máximo en el campo investigativo”, subrayó para reconocer luego las muestras de cariño recibidas de colegas de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte, donde es profesor titular, paralelo a su desempeño como especialista principal en geología de la Empresa Geominera Camagüey.

La novedad de la investigación radica en que realiza una descripción detallada de la estrategia a emplear durante la selección, documentación, muestreo y análisis, tanto mineralógico como químico, físico y de todos los aspectos que se le hacen a todos estos perfiles arcillosos de meteorización en Cuba.

No culmina allí, se expone una metodología para el trabajo de laboratorio, los materiales y métodos para el procesamiento de los resultados y la información recopilada.

En la estrategia, sostuvo Chang, se combinan técnicas y métodos físicos, análisis granulométricos, pesos volumétricos, los químicos, entre muchos otros como la aplicación de la microsonda electrónica, favorecida por la ayuda de la universidad española de Barcelona.

En la conversación no podía faltar la mención a los coautores y la contribución de otros centros de la enseñanza superior del país, de los conocimientos científicos y prácticos adquiridos durante más de veintiocho años de estudios en diferentes yacimientos en busca de gestiones más eficientes, evitar perforaciones innecesarias, más racionales como lo exige el país.

Portador de la Orden Carlos J. Finlay, que otorga el Consejo de Estado, el entrevistado estima que junto a otras condecoraciones, ese galardón lo enriquece espiritualmente para seguir aportando a la sociedad.

San Felipe es un promisorio lugar para un desarrollo económico de cara al futuro, con sus más de 306 millones de toneladas de níquel y como hombre soñador que es, Chang no descarta ver a sus nietos –que están por nacer— andar por estos parajes.

(Tomado de Adelante)

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Cubadebate

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