Al fin ganamos la Copa del Caribe

Más por orgullo que otra cosa, quería que Cuba ganara la Copa del Caribe de béisbol, el único título de este deporte que no poseía en sus vitrinas, además del Clásico Mundial.

Hacerlo también en el contexto actual, en el que la mayor de las Antillas hace rato no vive su mejor momento en cuanto a éxito en lides foráneas, es un aire fresco bien necesario para el deporte de las bolas y los strikes, que no celebraba una corona desde el año 2015, cuando Vegueros se impuso espectacularmente en la Serie del Caribe.

Además, la coronación en el evento organizado en Puerto Rico fue de manera brillante, con desempeño impecable en una lid marcada seriamente por la lluvia, que debió reducir su calendario a una sola vuelta, y eso fue el punto negativo, porque eran juegos importantes para el acople de nuestro plantel, que como sabemos es la base de la nómina que asumirá desde finales de mes los Juegos Panamericanos.

Más allá de victorias y derrotas, era importante probar jugadores y estrategias, manejar el pitcheo y experimentar variantes para disímiles escenarios, y eso no se pudo lograr del todo.

Oro punto importante del certamen es la confianza que le da al colectivo técnico encabezado por el pinero Armando Jhonson, que se estrenó con el Cuba elite con la papa caliente del Clásico a inicios de año, y ahora ratifica que se encuentra en el camino correcto para guiar a esta generación a recuperar viejas glorias, sin prisa, pero sin pausa.

Igualmente halagüeño resultó el hecho de que nuestros peloteros lograron venir de atrás en los juegos más importantes, una asignatura pendiente estos últimos años, donde la garra y la alegría desaparecieron de golpe de nuestros combinados nacionales.

Por eso a pesar de ser un trono “menor” hay que verlo como parte de un proceso de recuperación de la imagen de la pelota cubana, que en Chile irá por un trono que no ostenta desde Río de Janeiro 2007, y recordemos que en aquella ocasión no se disputó la final.

En suelo boricua se bateó con oportunidad, pero bastante poco, y sí fue muy bueno el trabajo de los lanzadores y la defensa.

Desde el punto de vista individual, todos los serpentineros se comportaron bien, y con el madero sobresalieron Roberto Baldoquín, Dayán García y Andrys Pérez, con protagonismo alterno de Yadil Mujica, Yurisbel Gracial y Eribel Arruebarrena, el héroe de la final.

Aunque pasada por agua, esta alegría debe impulsar a los peloteros para hacerlo bien en Santiago, donde el nivel no será el máximo, pero sí más exigente que el actual, y repetirán como rivales boricuas y curazoleños prácticamente con estas mismas plantillas.

Tomado de Cuba Si

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Portal Cubasí

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