En entrevista exclusiva a TeleSUR, el canciller Bruno Rodríguez detalla daños causados por la guerra económica de Washington en alimentación, salud y otros sectores.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla aseguró que la Casa Blanca miente constantemente cuando dice que el bloqueo no existe, es bilateral o se instrumenta para ayudar a su pueblo, cuando se trata de un acto deliberado y consciente dirigido a provocar daños humanitarios y sufrimiento en la población por razones estrictamente políticas. A ese y otros temas se refirió en entrevista exclusiva con teleSUR.
Después de la histórica votación que se dio en Naciones Unidas el jueves pasado, cuando 187 países votaron a favor de Cuba, a favor de la resolución que condena el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, tenemos la oportunidad de conversar con el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla. Ha sido una votación histórica. ¿Ud cómo vio el ambiente alrededor de esta votación?
– Es un mensaje de extraordinario rechazo a esa política, del reclamo a que se le ponga fin de inmediato, incondicionalmente, y al mismo tiempo es también un mensaje de apoyo al pueblo cubano en sus ingentes esfuerzos. Se ha votado ya durante 30 años.
¿Esta es la resolución número 31?
– Esta es la votación número 31 y se ha configurado una mayoría abrumadora en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Las primeras votaciones eran de poco más de 50 países a favor de la resolución y muchas abstenciones y no participación. Hoy la votación es prácticamente unánime contra el bloqueo y en respaldo al reclamo cubano.
En segundo lugar, no solo es muy significativo el acto de votar sino el discurso de las delegaciones y el balance de las intervenciones.
Me llamó mucho la atención el nivel de profundidad de las intervenciones, cómo conocían los efectos del bloqueo. Es algo que se conoce a nivel mundial.
– Hay también un informe anual que presenta el Secretario General de Naciones Unidas, que recoge las contribuciones en este sentido de los países miembro, también de Cuba, por supuesto, y de las organizaciones y organismos internacionales, que es siempre importante desde el punto de vista informativo.
Fue significativa la condena reiterada a la inclusión de Cuba en la lista unilateral y espuria, llamada de Estados patrocinadores del terrorismo.
Estar en esa lista -fue Donald Trump el que incluyó a Cuba en esa lista nueve días antes de abandonar la Casa Blanca-, ¿eso refuerza, recrudece más el bloqueo?
– Esta lista tiene implicaciones políticas, por supuesto, calumniosas, tiene implicaciones de muy diversa materia, pero tiene un impacto verdaderamente extremo en el sistema financiero internacional. Es decir, tiene un impacto devastador en relación con las transacciones financieras internacionales. Se sabe que Washington ejerce una influencia desproporcionada y absoluta en el control de las finanzas internacionales, de las transacciones y los flujos, incluso por vía electrónica o digital.
Entonces, la lista no solo tiene esos alcances sino que tiene efectos prácticos muy directos. Por ejemplo, incrementa el llamado riesgo país y obliga entonces a concurrir en desventaja al mercado internacional y pagar precios por encima de los ordinarios. Implica el rechazo de numerosos bancos de todo el mundo a establecer relaciones financieras con Cuba o mantenerlas, pues estarían sujetos a sanciones del Gobierno de los EE.UU. o perderían sus vínculos financieros con instituciones financieras internacionales o con bancos estadounidenses.
En los últimos años, por ejemplo, ha habido 909 acciones directas cortando servicios a Cuba por parte de entidades financieras de terceros países a raíz de la inclusión de Cuba en la lista. Hay decenas de embajadas cubanas que han perdido los servicios financieros y bancarios por el efecto intimidatorio y punitivo que tiene colocar a un país en esta lista. Cualquier transacción cubana es perseguida en este sentido y esto tiene impactos muy directos. Por ejemplo, un ciudadano europeo o de algunos de los cerca de 50 países que disfrutan del privilegio de utilizar una visa estadounidense, que es casi automática -alguien coge su teléfono móvil, teclea unos datos y con eso aborda una línea aérea y viaja a EE.UU. sin ninguna dificultad, llamado por sus siglas ESTA, que es un sistema de visado especial y expedito- para el caso de las personas que hayan visitado Cuba es inmediatamente cancelado. Esto tiene un impacto punitivo contra los viajes y el turismo a Cuba y se deriva precisamente de la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Tiene un efecto grave, incluso desde el punto de vista práctico, en la economía cubana y también un efecto muy grave con relación a terceros países porque es marcadamente extraterritorial.
Esa fue otra denuncia que se escuchó con bastante frecuencia en los discursos de los distintos países que intervinieron en este debate de dos días, el carácter extraterritorial de las leyes del bloqueo. ¿Cómo se ve reflejado en el día a día de las relaciones con otros países?
– Es una cualidad fundamental, que lo hace violatorio del derecho internacional y de la soberanía de otros países. Es muy extraterritorial. En primer lugar, obliga a terceros Estados a someterse a regulaciones del bloqueo. En segundo lugar, pretende extender la jurisdicción de las Cortes estadounidenses, de los tribunales estadounidenses, contra terceros países y procesos que nada tienen que ver con la jurisdicción específica en territorio estadounidense. Por otra parte, porque penaliza cualquier relación comercial en la que intervenga algún intangible, algún componente, alguna materia prima cubana, o porque impide a cualquier país no solo exportar en ese caso a los EE.UU. sino porque impide a Cuba importar productos desde terceros países que tengan más de un diez por ciento de componentes estadounidense.
Pero no hay duda de que los efectos en la vida cotidiana de los cubanos son tremendos, en particular a partir de la segunda mitad del 2019, en que el bloqueo se tornó más extraterritorial y más agresivo y cruel, más cruelmente eficaz tratando de cortar los ingresos del país.
En su discurso Ud fue muy enfático en los efectos del bloqueo en términos de la salud de los cubanos. ¿Puede ampliar al respecto?
– El bloqueo tiene un efecto directo en este sentido, que es dual. Tiene un efecto directo en el sentido de impedir a Cuba adquirir equipos médicos, tecnologías, medicamentos, productos, que están protegidos por patentes estadounidenses, que están registrados en los EE.UU.; algunos de ellos que solamente se producen o existen en los EE.UU. Es el caso de personas que requieren tratamientos que Cuba puede brindar y asegurar, pero que existen formas, métodos que podrían hacerlos más eficaces, duraderos, menos dolorosos, como por ejemplo en lo que tiene que ver con la cirugía con cateterismo intervencionista, en determinados tratamientos contra el cáncer de distintos tipos de células, determinados tratamientos en relación con enfermedades que no son muy comunes en nuestro país, la necesidad de equipos médicos específicos o de prótesis extensibles para enfermedades tumorales óseas en niños.
¿No hay acceso a eso?
– Están protegidos y son producidos por compañías norteamericanas. Ese es un efecto directo. Otro efecto directo es que son producidos por compañías de otros países, pero que son subsidiarias de compañías norteamericanas y Cuba no los puede adquirir porque el Gobierno de los EE.UU. viola groseramente el derecho internacional porque toda compañía tiene que regirse por la ley del país de su domicilio legal o de su registro. Entonces una subsidiaria de una compañía norteamericana en Europa viola las leyes europeas y el derecho internacional si permite ser sometida a la legislación norteamericana o a la jurisdicción de las Cortes norteamericanas.
En tercer lugar, hay un impacto tremendo pero indirecto, cuando priva a Cuba de los recursos financieros que le permitirían adquirir equipamiento médico, componentes, etc., en terceros países, pero son tecnologías muy caras, y el bloqueo impide a Cuba disponer de los recursos que le permitirían obtener precisamente esos productos.
Un ejemplo práctico. Cuba está en capacidad de producir más del 60 por ciento de sus medicamentos, pero para ello precisaría equipamientos e insumos o materias primas que no son cubana y cuestan dinero. Están estos impactos de distinta naturaleza pero muy lesivos para la salud de las personas, y hay tratamientos también, por ejemplos, para corregir defectos valvulares cardíacos en los recién nacidos, que nosotros podemos atender pero tenemos que hacerlo con una cirugía de tórax abierto cuando con esos dispositivos se podría hacer por cateterismo. Se podría aliviar dolor a las personas, se podrían aliviar efectos secundarios o se podrían aplicar tratamientos de mayor eficacia. Hay que reconocer que a pesar de los extraordinarios resultados de la ciencia y la medicina cubana, y de los desvelos de nuestro Gobierno, en los últimos años se ha producido un impacto en los servicios a los cuales accede la población. Se conoce que hay desabastecimiento de medicamentos, retrasos en determinados tratamientos y esto obedece en lo fundamental a estos efectos combinados relacionados con el bloqueo.
Y con la extraterritorialidad del bloqueo… Impresionante, ministro. ¿Y en el área de la alimentación? Ud fue muy enfático en su informe de la semana pasada, en este discurso ante Naciones Unidas, sobre el tema de la alimentación de los cubanos y el impacto del bloqueo en la agricultura.
– El Gobierno de los EE.UU. miente constantemente cuando dice que el bloqueo no existe, o que es bilateral, o que se propone ayudar al pueblo cubano. Es un acto deliberado y consciente dirigido a provocar daños humanitarios y sufrimiento en la población por razones estrictamente políticas.
Por ejemplo, Cuba puede acceder a través de una licencia general a productos agrícolas norteamericanos, pero tiene que hacerlo sobre bases muy discriminatorias, diseñadas únicamente para Cuba.
Tomado de Cuba Si