La segunda fase del ensayo clínico del candidato vacunal CIGB 66 (Abdala), uno de los cuatro de producción nacional contra la COVID-19, comienza hoy en el hospital provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba.
Provenientes de entidades laborales y estudiantiles de la ciudad cabecera, casi 800 voluntarios sanos o con patologías compensadas formarán parte del estudio que en su primera etapa reveló una positiva respuesta inmunológica.
El ciclo que inicia amplió el rango etario de los participantes de 19 a 80 años, en tanto pretende reflejar, lo más fiel posible, a la población cubana y evidencia el interés del gobierno y sistema de salud de la mayor de Las Antillas en inmunizar a la totalidad de los ciudadanos.
Abdala, como se le conoce a este preparado vacunal del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), mostró en la fase anterior escasas reacciones adversas y un adecuado perfil de seguridad en los 132 voluntarios, quienes solo refirieron leve dolor en la zona de aplicación, por vía intramuscular, del inmunógeno.
Hace unos días Eduardo Martínez, presidente de BioCubaFarma, refirió en su cuenta en Twitter la evaluación, por parte del comité independiente para el análisis de los datos de la prueba, de los primeros resultados de inmunogenicidad y seguridad, y aseveró el avance de la estrategia nacional de vacunas anti-COVID-19.
Desde el dos de diciembre de 2020, un área del policlínico de especialidades del nosocomio santiaguero acoge la indagación clínica que involucra a 40 profesionales de la salud entre médicos, enfermeros, laboratoristas e investigadores.
Junto a Soberana 01 y 02, del Instituto Finlay de Vacunas y también en segunda fase de ensayo, Abdala y Mambisa, del CIGB, ubican a Cuba en la vanguardia de países latinoamericanos que buscan la protección del padecimiento causado por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2.
Tomado de Cuba Si