Los adictos a las redes creen más en las «fake news»

La desinformación se multiplica en las redes sociales a través de los «me gusta», comentarios y publicaciones falsas compartidas por aquellos que pasan demasiado tiempo «scrolleando» (deslizando el dedo por la pantalla) las redes sociales con sus teléfonos inteligentes.

El estrés que produce el compromiso de otro tiempo para dedicarlo a otras actividades (en el mundo real) sería la principal causa de este cortocircuito, ya sea que se haga de manera no intencionada (por ser el primero en picar) o a propósito, con la intención de contribuir a la desinformación.

Pero hay también un segundo elemento que contribuye a esa «inclinación» informativa: los adictos a las redes sociales también acaban sintiéndose culpables si no consiguen conectarse y tienden a volver a conectarse incluso después de haber intentado dejarlo.

Este tipo de comportamiento también está relacionado con eventos traumáticos como la pérdida del empleo, malas calificaciones escolares y problemas de bienestar mental.

Así lo demuestra un experimento único realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, que muestra que quienes experimentan altos niveles de estrés debido a pasar demasiado tiempo en las redes sociales (es decir, comprometiendo el tiempo disponible para otras actividades diarias) son más propensos a creer en noticias falsas.

«Las redes sociales son omnipresentes en la vida diaria, y algunas personas las usan en exceso.
Descubrimos que este uso problemático se asocia con una mayor tendencia a creer y participar en información errónea, lo que contribuye a su proliferación», afirmó Dar Meshi, profesor asociado y coautor del estudio, publicado recientemente en la revista PLOS One.

El experimento involucró a aproximadamente 200 personas, de entre 18 y 26 años, a quienes se les entregaron cuestionarios con noticias formateadas como publicaciones en redes sociales.

Diez de las historias eran verdaderas y diez eran falsas, y el orden de publicación fue aleatorio.

Al evaluar las calificaciones de credibilidad de los participantes sobre estas publicaciones, sus intenciones de hacer clic, comentar, dar me gusta y compartir las publicaciones, y su nivel de uso problemático de las redes sociales, quedó claro que aquellos que pasaban mucho tiempo en línea tenían más probabilidades de creer que las noticias falsas eran verdaderas, de interactuar con las publicaciones independientemente de si eran reales o falsas, y eran aún más propensos a hacer clic en las falsas.

«Las noticias falsas se convirtieron en un tema muy debatido y estudiado debido a la facilidad con la que se comparten y difunden en redes sociales.

Más del 60 % de los estadounidenses leen y se informan en redes sociales. Nuestra investigación demuestra que el fenómeno se propaga en redes sociales a un ritmo más rápido que las noticias reales, apelando a los gigantes que poseen las principales redes sociales», explicaron los investigadores.

«Trabajar con empresas de redes sociales podría ayudar a estos usuarios y limitar su exposición a noticias falsas y al intercambio compulsivo», concluyeron.

Tomado de Cuba Si

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Yoe Hernández González

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