Las Tunas.- Con el objetivo de frenar el avance del nuevo coronavirus en el país, el Gobierno cubano implementa varias medidas en el transporte estatal y privado, las cuales tienen como premisa preservar la vida de las personas como lo más importante.
El pasado 10 de abril, el Ministerio de este sector dio a conocer las acciones que se implementan, las cuales incluyen la paralización del servicio de transporte público urbano, especificando que ello incluye los ómnibus, ruteros y otras modalidades de transporte de pasajeros estatales y privados, como los coches y bicitaxis. Su alcance afecta, además, los servicios intermunicipales y rurales.
Se determinó también, que se establece como límite de ocupación de los medios de transporte autorizados a continuar circulando solo el 50 por ciento de su capacidad, de modo tal, que se garantice una distancia prudencial entre las personas. Por tal motivo, esta decisión ataña a los motores, y solo el chofer puede montar en ellos para garantizar el aislamiento, y esta se aplica igual en el transporte privado autorizado a circular.
La orientación de nuestras autoridades, y del Ministerio de Salud Pública, es a quedarse en casa y de ser necesaria una salida, que solo la haga un miembro de la familia, el menos vulnerable.
Claro está, si la situación lo amerita y son dos las personas que obligatoriamente deben trasladarse en el vehículo, estos no incurren en la ley, pero sí es vital, que se evite este contacto, pues si la persona está contagiada y se mantiene asintomática puede infectar al otro por la cercanía.
Integrantes del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias en esta provincia, en su empeño diario para que se cumplan las medidas orientadas en el tránsito, a fin de eliminar la propagación del virus SARS-CoV-2 en el territorio, realizan una labor profiláctica con los choferes para que no monten viajeros en este medio de transporte innecesariamente, más si esta compañía puede quedarse en casa.
A esta difícil situación que nos somete la pandemia debemos ganarle con responsabilidad y conciencia. No podemos seguir exponiendo al riesgo a nuestros hijos, amigos y familias. Aprieta el corazón ver a padres que andan con sus hijos por las calles, aunque lleven el nasobuco y anden en su vehículo particular exponiéndolos al peligro. La Covid-19 no tiene rostro por lo que todos estamos expuestos. Esta batalla se gana solo, a través de la responsabilidad.