Más de 20 estados de Estados Unidos interpusieron este lunes una demanda contra la administración de Donald Trump por la decisión de congelar fondos para educación por un valor de 6.800 millones de dólares. La querella se presentó ante un tribunal federal en Rhode Island.
Según los documentos, las subvenciones educativas congeladas estaban destinadas a apoyar a trabajadores agrícolas migrantes y a sus hijos, así como al reclutamiento de maestros, la enseñanza del inglés, programas académicos complementarios y escuelas afectadas en Estados Unidos por la falta de recursos.
La demanda alega que el Departamento de Educación incumplió su obligación legal de entregar esos fondos antes del 1 de julio. El 30 de junio, sin previo aviso, comunicaron que no distribuirían las subvenciones por un supuesto cambio en la administración federal.
Los estados denuncian que esta decisión dejó sin respaldo financiero a múltiples programas de alfabetización para adultos, actividades extracurriculares y escuelas de verano. Varias de estas iniciativas ya fueron canceladas o están a punto de cerrar.
Trump deja a miles sin programas escolares
El reclamo incluye una fuerte crítica a la Casa Blanca. La Oficina de Administración y Presupuesto justificó la medida afirmando que los fondos están bajo una «continua revisión programática». No se ofreció más explicación.
Esto no convenció a los estados, que aseguran que la congelación es arbitraria y tiene consecuencias directas en miles de estudiantes de comunidades vulnerables.
Entre los más golpeados están los programas de preparación para el empleo, las clases de inglés como segundo idioma y las iniciativas que apoyan a los hijos de trabajadores migrantes en situación de precariedad.
Los gobiernos estatales que impulsan la demanda quieren que los recursos se liberen de inmediato y se restituya el derecho a una educación pública digna, sin excusas políticas de por medio.
Tomado de Cuba Si