Varias ciudades de Serbia registraron movilizaciones por segundo día consecutivo, en protesta por el manejo de la crisis sanitaria por parte del Gobierno del presidente Aleksandar Vucic, quien recientemente declaró el retorno del país al toque de queda.

Miles de personas se concentraron este miércoles en Belgrado, en una protesta que comenzó de manera pacífica, pero dos horas después grupos violentos lanzaron piedras, bengalas y otros artefactos contra los agentes, y rompieron las barreras metálicas que acordonaban el Parlamento.

La Policía, que desplegó unidades antidisturbios y vehículos blindados, intervino con gases lacrimógenos y lanzó diversas cargas para dispersar a la multitud. Los choques se prolongaron durante más de tres horas en diferentes zonas del centro de la ciudad.

Las protestas se produjeron también en otras ciudades, como Novi Sad (en el norte de Serbia) y Nis (en el sur) y algunos periodistas han denunciado agresiones tanto por parte de la Policía como de manifestantes violentos.

El ministro del Interior, Nebojsa Stefanovic, calificó los disturbios de «pura violencia y el intento de asumir el poder sin la voluntad del pueblo».

Las declaraciones de Stefanovic hacen referencia a un pronunciamiento del presidente Vucic en el que responsabilizó a «derechistas, criminales y opositores» de los disturbios, y rechazó que estuvieran relacionados con la situación creada por la Covid-19.

Las protestas comenzaron después de que el presidente anunciara un toque de queda general para este fin de semana, aunque luego dio marcha atrás a la idea diciendo que aún se estudian las medidas a tomar.

Algunos de los manifestantes y parte de la oposición critican a Vucic por haber permitido en las últimas semanas eventos masivos con el objetivo de facilitar la victoria de su formación en las elecciones legislativas del pasado 21 de junio.

Para hoy se espera que un grupo de especialistas decida sobre las nuevas medidas para frenar la propagación del coronavirus.

El país ha registrado hasta ahora más de 17.000 contagios y más de 341 fallecidos, con una fuerte tendencia al alza.