Ana Nora: una vida entregada a la salud

En Cuba las dosis de humanitarismo y vocación están arraigadas en los hombres y mujeres de batas blancas que ejercen la profesión como torrente para enfrentar la pandemia.

El natalicio de Florence Nightingale, figura relevante de la enfermería mundial, marca el camino entre retos y desafíos para celebrar en aislamiento social este 12 de mayo: Día Internacional de la Enfermería.

Ana Nora Plá Hidalgo, enfermera jubilada por invalidez total desde el año 2008. Ella cumple a cabalidad las indicaciones del Presidente de la República en su residencia de la comunidad petrocasas del Reparto Sosa en la ciudad de Las Tunas.

Mostrando a este reportero el álbum de sus recuerdos, Ana Nora desempolva una vida dedicada ciento por ciento a la salud. Ella se incorporó en 1973 a un curso auxiliar de enfermería en Holguín.

Me cuenta que su primera ubicación laboral fue en una sala de pediatría en hospital de Puerto Padre y en 1978 se traslada para el Hospital de Maternidad de Las Tunas y luego en 1981 complementó los estudios para enfermera pediatra en el Politécnico de Salud en Las Tunas. Especialidad que amó mucho hasta su jubilación.

Por sus excelentes resultados en 1980 fue fundadora del Hospital Dr. Ernesto Guevara, más tarde en el Policlínico Integral de Buenavista Guillermo Tejas, y al calor del Programa del médico y la enfermera de familia cumplió uno de sus sueños: trabajar cerca de la casa. En aquel entonces vivía en la comunidad semiurbana del Club Familiar. Ella está dispuesta a contribuir desde su comunidad, si fuera necesario para eliminar la Pandemia.

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Robiel A. Proenza Hernández

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